La poesía me ha permitido vivir con dignidad

sábado, 5 de febrero de 2011

Reyes, Barreto y "el barrestismo"

Cuando Óscar Barreto Quiroga llegó al poder el primero de enero de 2008, con él vino un grupo de profesionales – hombres y mujeres- de sobradas condiciones profesionales, intelectuales y políticas para dirigir a un Departamento que atravesaba serios problemas de seguridad, infraestructura, servicios básicos y cuyo desarrollo económico no guardaba la mejor coherencia entre la capital (Ibagué) y la región.

Barreto logró concentrarse en los temas claves, e implementó un estilo de gobierno que emulaba al entonces Presidente Álvaro Uribe Vélez. En pocos meses la imagen de buen gobernante se hizo sentir en todo el Departamento, y en ese avance hacia la confianza del Tolima fue clave la presencia del ex secretario de Desarrollo Agropecuario, Jaime Eduardo Reyes, quien asumió con responsabilidad su cartera logrando proyectos de impacto rural, ambiental, agropecuario y social. Reyes posicionó al Gobierno de Barreto a nivel nacional, destacando la Secretaría como una de las más importantes del país.

Pero las relaciones entre Reyes y Barreto se quebrantaron cuando en un punto del gobierno se pensó en las elecciones regionales de 2011 y el grupo denominado “barretismo” anilló la candidatura del entonces Secretario General, Mauricio Pinto, sin dar lugar a un debate concienzudo alrededor de otros nombres donde figuraba Reyes Martínez.

Los afectos entre el Gobernador y el que compartiera junto al ex secretario de Hacienda Jaime Osorio el título de “SECRETARIO ESTRELLA”, se vinieron a pique. Reyes quedó aislado de la plataforma política de Barreto y del “barretismo” mientras Pinto lamía con deseo un trofeo que aún no era suyo. Pero lo que son las cosas de la vida, una inhabilidad truncó la aspiración de Pinto y avivó la candidatura del patito feo del “barretismo” pero hombre con corazón de lis en la aldea del Tolima, Jaime Eduardo Reyes.

El revés hizo que personas cercanas al Gobernador se afiliaran a la despreciada aspiración de Reyes y hasta allí llegaron sus más fieles súbditos. La campaña se fortalecía al tiempo que algunos sectores del conservatismo –dispersos en todo el Tolima- no veían con buenos ojos la presencia de la familia Barreto y “el barretismo”. El apoyo del ex senador Gómez Gallo, de vertientes uribistas y otros grupos políticos podría tomar de una vez por toda la forma ideal, y Reyes se dedicaría a construir con la gente su agenda de gobierno.

Todo estaba claro, menos que Barreto y “el barretismo” le fueran a jugar sucio, lo que ocasionó el desplome de la candidatura. En principio, no pensaron en él; tras el fracaso lo acunaron provisionalmente y a la hora de la decisión le dieron la espalda. Reyes no querrá defraudar al Tolima fungiendo como candidato-títere, así que prefiere declinar su aspiración y desde otras actividades servirle al Tolima como lo ha expresado en un comunicado del que recopilo lo siguiente: “Bajo la tutela de Dios continuaré trabajando con todo mi empeño para que en nuestro departamento se disminuya la pobreza y se mejore la calidad de vida a través de la educación y la transformación productiva”.

Así he percibido este proceso que hoy termina para bien de Jaime Eduardo Reyes; que le genera inmensas dudas a la gente sobre la lealtad del Gobernador Barreto al haber desestimado a su ex jefe de debate y ex secretario; y que define lo que es en esencia el “barretismo”: algo que se desvanece en el aire.