La poesía me ha permitido vivir con dignidad

viernes, 4 de septiembre de 2009

Escribir actualidad y poesía

Lo que hace la fiebre
Llegaba de uno de mis rutinarios viajes. Había estado en Tunja y parte de la ruta libertadora. También por algunos municipios de Tolima y Huila. Abordé el taxi y con un puñado de calderillas (monedas de poco valor) le pagué por adelantando al señor que estaba mirándome desde el retrovisor. Antes de que se arrepintiera le monté una charla. En cuestión de segundos dije lo que cualquier ciudadano diría para distraer o romper el hielo. “¡Está haciendo fresquito!” –Sí… es que como llovió el fin de semana… respondió. El resto de viaje habló él, y no tuve más opción que escucharle sus historias. Habló de las niñas de 14 años que salen de colegios y le proponen a los taxistas llevarlas a su casa (o quién sabe dónde) con el pretexto de no tener dinero y a cambio le hacen sexo oral; me contó historias de parejas homosexuales; de infidelidades; de “conejos” (unos animalitos que se bajan del taxi, pelan las muelas y se escabullen sin pagar) y de seudo ejecutivos que pintan de adquisidores pero no tienen ni siquiera 3 mil pesos para pagar una carrera completa. –Aquí es… por fortuna habíamos llegado a casa, pero sentí el indirectazo subirme desde los pies y sus respectivos callos hasta el cabello y sus respectivas entradas.

Al bajarme del vehículo empecé a sentir malestar en el cuerpo. Abrí la puerta del escondite y ¡zaz! Directo a la cama. Al cabo de una hora ya estaba prendido en fiebre. Lo primero que evoco es la imagen de mi mamá bajo la lluvia de septiembre, llorando porque nos habían corrido de un apartamento. Eso que llaman exceso de pago y pérdida de recibos. Después, dos piedras que se vienen sin freno hacia mí acompañadas de un sonido de ultratumba, como cuando habla Juan Manuel Santos. En un segundo mi cabeza estaba llena de voces e imágenes. Veía a Andrade en la finca de Barreto comiendo chivo, a un niño llamado Referendo buscando un padrino; veía a “Pepe” simulando los cuentos de Juan Rulfo y pidiendo a “bramido limpio”: ¡Mami, diles que no me maten, que lo hagan por caridad!; también estaba Mauricio Jaramillo reclamando rendición de cuentas de Barreto: ¡Hoy mismo, las quiero hoy mismo!; por la sien me daba vueltas la “ovejita Dolly”; Lina Moreno haciendo el papel de Willian Hanna (escritor y director de la serie animada Tom and Jerry) con un trapito empapado de vinagre alrededor de su cabeza pidiendo al gato y al ratón que no hagan más locuras; repuntaba en las encuestas Daniel Samper Ospina y en su discurso se comprometía a crear una granja de canina para tener al “Pincher” y su familia y un cuarto especilizado con “países óvulos” que engendren referendos, micos y ovejitas “Dolly”. Hasta me imaginé senador. ¿Yo senador? Si acaso puedo lidiar con mis ideas y mis impulsos. Creo que deliro aún más sin fiebre. En la hora más grave de mis entelequias estaba Jenniffer. Quiero que la recuerden porque es ella quien me salva de caer postrado en una cama. La fiebre me hizo otra vez añorarla. Le repasé la mirada –cuánto la quiero- debe ser la fiebre. Entonces siempre tengo fiebre.

Estábamos en el Aeropuerto El Dorado. Mientras esperábamos el avión que nos llevaría a Barajas, le decía: pedacito de mujer, estoy contento. Y no me importará si te duermes durante el viaje por tren entre Paris y Roma. Saldremos muchas noches a caminar por las calles rojas de Amsterdam y nos beberemos en sorbos los inviernos de Holanda. Recordarás muchas historias mientras cruzas las manos en mis manos, parados ante la región de castillos en el Rhin. Solo te pido un beso a mitad del puente Carlos en la bella ciudad de Praga. Después haremos el amor sobre las tablas de una barca anclada en tarde decadente de Marsella. No vayas a llorar cuando te cunda los ojos una tropa de tulipanes rojos y amarillos. Tomaremos un café en cualquier esquina de Barcelona desde donde puedas ver la Sagrada Familia. Y correremos junto a Sancho y Don Quijote por la ruta de sueños que inventó Cervantes. No te olvides de abrazarme cuando lleguemos a las ruinas del Coliseo Romano que de pronto logras sobrevivir las imágenes de aquella época de gladiadores y leones. En la cima de la Torre Eiffel te colocaré otro beso, justo ahí donde te cae la cabellera de oro. Y quédate conmigo otros años. No importa que cuando despiertes del sueño en que nos quedamos desde el beso primero, te mires las manos cubiertas de ceniza. Ya habrás sido tan feliz que cerrarás para siempre los ojos. Pero en la tierra quedarán los ojos tuyos otra vez, porque los hijos de tu vientre volverán a los viejos caminos donde anduvimos amándonos. Descasarás en paz.

Nada más querría yo, sino morderte la boca en el frío de una cabaña Suiza. Reviviremos a los niños de Auschwitz. Regálame diez besos en Londres que yo te los devuelvo con creces en Singapur. –Pasajeros con rumbo a Madrid por favor abordar el vuelo Boeing 747 de Avianca, pasillo…

Cuando subí a aquel pájaro gigantesco vino la diarrea. Se fueron las imágenes y los sueños y las palabras. Todavía no me recupero, a pesar de que he tomado suero todos estos días.


OLVIDABA DECIR
Con la designación de Germán Castro Ferreira en la Comisión Reguladora de Energía y Gas –CREG- el Tolima se va a hacer sentir. Este Ingeniero ibaguereño lleva más de 25 años trabajando en el sector eléctrico y tiene los ojos puestos en el Tolima grande.