La poesía me ha permitido vivir con dignidad

domingo, 7 de diciembre de 2008

Escribir cosas simples

"COMO LA SONRISA DE UN GATO"
Dedicado a los niños y a las niñas

Debo confesar que estar ausente de este Medio me produce tristeza. Por eso pensé escribir sobre algo simple que me haría feliz. Los temas populares que generan gran opinión, me saben a estiércol. Hace unas semanas, un miércoles como cualquiera, salía del Congreso, en medio de una desafinada manifestación de incautos y ambiciosos colombianos heridos por la caída de DMG. Me resultaron inútiles las arengas de la horda que a todo pulmón gritaba: “David, amigo, el pueblo está contigo” y por si fuera poco, pedía libertad. De haber llegado a la selva este reclamo, los secuestrados habrían llorado de rabia. Recordé los relatos de mis padres en relación con Pablo Escobar. Mientras el capo ponía una bomba en un centro comercial, acto terrorista que cobraba víctimas mortales, ciudadanos ensalzados por un sentimiento antiestatal, defendían al criminal que llegó a ser llamado “Robín Hood” porque suplía funciones de bienestar social, propias del Estado. Esto de algún modo demuestra que el pueblo está decepcionado del régimen. Y más grave aún, que hará cualquier cosa –incluso idolatrar narcotraficantes- para expresar su descontento, lo cual no es más que una degenerada anarquía que terminará configurando dos estados: uno negligente pero legal y otro audaz pero malsano. Así las cosas que entre el diablo (no Alfonso Cano) y escoja.

Llevado por la soledad y los desaires propios de encontrarme ausente en Bogotá, atravesé la Plaza de Bolívar. Cada paso sonaba como tropa militar. Había llovido toda la tarde y el cruzar por los charcos generaba un sonido similar al de la sangre cuando corren sobre ella niños de Bombay, Vietnam, España, Medellín. Del mundo. Avancé, y atrás quedó el Capitolio con esos huéspedes, en su mayoría, padres de la patria y “lobbistas”.

Inútilmente pensé que al llegar a la Catedral encontraría a Jenniffer, mi novia, la caqueteña, la niña de ojos color de trigo, pero tuve que volver a la realidad y soportar el olor a estiércol que deja a su paso la policía… montada. No había mujer semejante a ella. Solo damas llenas de adornos y uno que otro Congresista con 10 personas detrás como guiados por el perfume que expiden los billetes. De repente una niña de escasos 9 años con esa voz tierna y espontánea, dijo: “papá, mira la luna”. No debió impresionarme pues los niños suelen admirarse de cosas que para nosotros son hechos normales. Me alegró la siguiente expresión: “parece la sonrisa de un gato”. Jamás había visto tanta inteligencia en un cuerpo tan pequeño. Hasta llegué a burlarme del Legislador. Recordé con miseria al Cura Rozo y me vino al alma indignación por sus prácticas sexuales con niños; al mismo tiempo tuve náuseas porque estacionaron en mi mente las más de 180 violaciones cometidas por Garavito; me ardió la cabeza cuando se pasearon imágenes del niño Luis Santiago y de las ocupaciones Palestinas que dejan saldos de niños muertos como cuando un almacén se liquida; me asaltó la sentencia del abogado de la Corte Penal Internacional, Ekkhehard Withopf, refiriéndose al caso de Lubanga, el miliciano del Congo condenado por reclutamiento de menores: “Lubanga ordenó entrenar niños para matar, Lubanga los hizo matar y Lubanga dejó que se murieran” y para mayor martirio oí el trazo matemático y criminal del hombre que mató con machete a una niña en Planadas. Para salvarme de una muerte súbita, volví a la frase de la pequeña e intenté configurar la sonrisa del gato. Guardé la mirada en el cielo y descubrí que había más color y magia en ese pedazo de luna que en toda la gente alrededor. Al suelo se fueron las metáforas y los poetas del mundo que escribieron sobre la luna. La niña de 9 años les había dado una lección y es que para que el mundo se salve de las atrocidades por venir, hay que rescatar la sensibilidad, porque hasta ese momento la noche era para mí un trozo de hoja escarchada y mordida por ratones. No cesaban mis interpretaciones ilustradas y estúpidas: ¿sonrisa de gato? Descubrí que la poesía son dos: un alma inspiradora y otra captadora de esencia. Mis precarios conocimientos y el archivo de Discovery Channel no alcanzaron para dar con la grandeza de la frase. Sometí a mi juicio la “sonrisa” y el “gato”. Solo había relación entre “hiena” y “sonrisa” el gato no estaba por ningún lado. ¿Entonces por qué la niña lo dijo? No más. Decidí que no iba a indagar en cosas vanas. Ya harto estoy de analizar palabras cruzadas e incoherentes como la “Yidispolítica”, “el narcoestado”, la “dmgpolítica” y todo cuanto a un periodista o político se le ocurre para generar opinión, así en un estudio gramatical y morfosintáctico detallado, no haya relación alguna.

Entonces no analicé más. Si la menor lo había dicho, era cierto o al menos simple y como simple, necesario. Terco volví a mirar la luna y sorpresa fue al ver que aún el gato sonreía. Tonto, repliqué en un instantáneo soliloquio. Qué va a ser eso la sonrisa de un gato. Es una rara coincidencia. Pero los rayos que cercaban la luna parecían verdaderos bigotes de gato. En el colegio aprendí que esos pelitos funcionan como sensores olfativos; lo que quiere decir que el gato olfateaba la noche… no puede ser, volví a recriminarme. ¿Y si la pequeña tiene razón? ¿Si en verdad, es un gato? Pues es un animal fantástico. Con la sonrisa más hermosa que he visto. Una sonrisa hecha de diamantes.

En un instante, la noche puso sobre el gato una cobija. Y no pude ver más su sonrisa, así que me inserté en un supermercado y compré pan, algunas frutas, leche – y volvía pensar en el gato-. Salí de nuevo y miré hacia todas partes pero no pero ya no estaba la niña. Quizá nunca la vuelva a ver. Conduje los pasos hacia al parqueadero, abrí la puerta del carro, tiré las bolsas en la parte trasera, extrañé otra vez a Jenniffer, mire al cielo y vaya sorpresa: el gato se quitó un poco la cobija y sonrió.


miércoles, 13 de agosto de 2008

Escribir cosas...

UNAS PALABRAS, SEÑOR OSPINA
a propósito del onomástico de Daniel Samper Ospina, ahí dejo mi saludo un poco torpe.

Husmeaba en las revistas que la gente manosea en supermercados y abandona como trapos de cocina en las manos de un zángano, cuando de repente encontré una lista de personajes que si la vida iba a ser bondadosa les permitiría alzarse otro día con nuevos años. Entre ellos figuraba Andrés Pastrana Arango y pensé: Alfonso Cano le enviará su presentico –después de todo debe agradecer los meses que el ex presidente, en nombre de Nohorita y los niños, le arrendó el Caguan. Pero sorpresa fue al encontrar que también llegaría a los 34 años el monito tomador de pelo, mamagallista (no seguidor de Gómez Gallo) simpático, vástago del comerciante más tierno de las letras en Colombia “Cambalache”, el egresado de la Universidad Javeriana, el especialista en Literatura del Barroco español del siglo XX, el profesor del Gimnasio Moderno y el tallerista de periodismo y literatura. Pensé: cuántas cartas llegarán a su oficina, y también cuántos madrazos de los inútiles crónicos que empalagan las cafeterías insultando columnistas y escritores, porque a merced de un buen texto, nacen palabras de lata y azufre. Pensé en algunos regalos:

El culebreo le dará una “pócimita” secretita para mejorar su vocabulario y de pronto mande sacrificar un par de “recesitas” para brindarle una cena.
Martha Lucía Ramírez le dará un celular para hablar con él todo el día.
El Ministro Andrés Uriel, una postal del Túnel de la Línea, posando con un gorrito de invierno, guantes y el bigote trizado –después de todo no tiene otra obra para mostrar.
Valencia Cossio le enviará una cartita de felicitaciones, obviamente firmada con un seudónimo porque en estos días de inseguridad no se sabe cómo la interpreten. Pero él la reconocería al ver el pie y la firma: “con aprecio, el tapón mucoso”.
No le podrá faltar una carta de Chuky pidiendo respetuosamente que no lo compare con Juan Manuel Santos, pero que lo felicita.
Andrés Felipe Arias le podrá enviar una semilla de palma africana y una nota cuyo postada dirá: “estoy mamado de que me comparé con Uribe. Si sigue en esa tónica, le voy a dar en la cara, Marica”.
Una medallita de la Milagrosa por parte de Martín de Francisco y Moure con una pequeña nota: “estimado Ospina, qué lastima que no te has muerto. Pero qué chistoso que sigues vivo”
Pero el mejor regalo de cumpleaños se lo dará Amparo Grisales, posando con él desnudos frente a la Casa de Nariño.
No puede faltar la reunión familiar donde, al caer la noche, y pasado de tragos, su papá, esté cantando en vez del “Happy Birthday”… “ese muchacho que yo quiero tanto, ese que yo regaño cada rato, me hizo acordar ayer, que así era yo también cuando muchacho…”.

A este señor columnista, de quien me jacto, ser lector incansable, aunque tal vez nunca estreche su mano, le honro con un saludo de felicitaciones. Otro día más vivo sobre esta tierra de minas. Otro año tirando flechas de titanio a los ICE BERG del poder.

lunes, 28 de julio de 2008

ESCRIBIR OPINIÓN

INTERVENCIÓN BREVE
Quiero intervenir sobre dos hechos curiosos. Lo primero, es que en las estaciones del poder corre el rumor de que Uribe aspira a una segunda reelección, frente a lo cual cruzo los dedos, porque si el peso de aquellas voces se carga a su voluntad, un país soñado sería imposible. Lo segundo, es que no cayó nada mal el comentario que hizo Hernán Andrade acerca de la posibilidad de que Uribe se tome un tiempo y ejerza como alcalde de Sonsón, con la garantía de respaldo para que en 2014 vuelva a la Casa de Nariño. Hay que creerle al Senador opita, en virtud de que él fue co-autor de la reelección inmediata, y su jocosa apreciación, no riñe con la ilusión de muchos colombianos.

Sobre lo primero, pienso en el susto compartido de la horda uribista si su jefe máximo abandona la presidencia, sea por decisión autónoma o por una derrota en los comicios como es debido. Y le apuesto a que sea así. Que la democracia triunfe sobre el caudillismo que apenas inicia. Si bien, el gobierno Uribe ha dado resultados no es sana su perpetuación. Es mejor recordarlo a través de los líricos discursos que ningún presidente ha vestido con tanta elocuencia.

Sobre lo segundo, admito que no me cayó mal la sugerencia. Es más, pensaba en lo importante que esto podría ser para Sonsón y para él. Como alcalde, Uribe podría celebrar con mucha altura las tradicionales fiestas del maíz. Podría descansar de sus correrías por Colombia y dedicarse a pequeños consejos comunitarios. El municipio cuenta con 105 veredas y 8 corregimientos; o sea, tendría para entretenerse. Evitaría los vuelos en Charter y haría recorridos en Jipao o en el mejor de los casos, “de a caballo” en su potrillo recién bautizado “Mate”. Allí no tendría líos con la educación porque los 8 corregimientos cuentan con 9 escuelas y 95 centros rurales. Además, un SAT y el colegio Celia Ramos en el casco urbano. Se ahorraría convenios con universidades, pues el municipio tiene sede de la Universidad de Antioquia y del SENA. Por el comercio no se preocuparía. Sonsón es centro comercial y financiero destacado en la región. Una localidad definida por la historia local como: “lugar de bellísimos balcones por los que transitan los recuerdos de épocas de grandeza en su mayoría resguardados en Museos”.

El municipio tiene fortines comunitarios, propio del espíritu paisa, lo cual le facilitaría el montaje de programas de mujeres, jóvenes, líderes cívicos y religiosos. No solo eso. Tendría el orgullo de ser alcalde de un municipio que funge ser el pionero de la colonización, como sus amigos alardean de que es “el salvador de la patria”. Si de festejos se trata, Sonsón cuenta con una de las festividades folclóricas más reconocidas del Departamento: La fiesta del maíz, relacionada con la colonización antioqueña. Es un evento histórico que combina las tradiciones populares, la belleza de sus mujeres y el profundo arraigo de sus habitantes. Espacio oportuno para echarse unos traguitos de antioqueños. Allí podría promover caravanas “vive Sonsón, viaja por él”. No caerían mal, rutas como el cañón del río Claro y las Cavernas del corregimiento de La Danta. Sin dejar de lado el páramo de Sonsón, llamado “laboratorio de la biodiversidad”. Como sabemos de la religiosidad del presidente, le vendría bien la semana por la paz, la fiesta Nuestra señora de Chiquinquirá y Nuestra señora del Carmen; y ya que a Uribe le gusta tanto lo patrio, podría participar de la Navidad comunitaria, muy popular en Sonsón. Cuánto bien le haría a su alma de labriego, la fiesta del campesino, y de perla le caería esta información: Sonsón hace parte de la red de 23 municipios de Antioquia que conforman el Laboratorio de paz del oriente antioqueño. Un programa de desmovilización a pequeña escala sería su plato predilecto.

Insisto que no es mala la sugerencia: Sonsón es una plaza más acorde con las actividades del mandatario. Allí podría exponer sin recato sus caballos capuchinos, zapateros o de estirpe Cordobés o Sevillana. Ya podrán imaginarlo cabalgando por las empinadas cuestas de Sonsón en su caballo Mate, creyéndose el Cid Campeador en su Babieca, en busca de “farcomoros”, O llegando al filo de las montañas, fungiendo como todo un Alejandro Magno. O de pronto, Mate podría convertirse en el Pegaso de Sonsón. En el caballo más querido, porque su amo, sería una especie de Zeus antioqueño. De hecho, los nubarrones de la localidad no están lejos de parecerse al Olimpo. Y qué más podría pedirle a la vida: desde las cuestas de la cordillera, a media noche y bajo la plateada luna antioqueña, podría gritar sin ser objeto de censura: “¡cuando lo vea le voy a dar en la cara, marica!”. Sería una vida plácida, la que merece el Presidente.

Mejor idea no tuvo el legislador opita, y aunque en una entrevista con Radio Santafé señaló que no quiso decir eso, su comentario es digno de alabanza. (Suprimiendo lo de “vuelva en el 2014”). Así las cosas, espero que el primer mandatario acate este noble consejo, porque si el país decide reelegir la seguridad democrática, que por antonomasia es reelegir a Uribe, habrá una verdadera hecatombe.

Olvidaba decir
Soñé que Uribe tomaba el poder en 2010 nuevamente. Yo caminaba por una ciudad curtida de polvo y en una esquina un colombiano preguntaba: ¿qué comemos?, y otro colombiano respondía: MIERDA.

miércoles, 9 de julio de 2008

Escribir cuentos


A Luís Orlandini, hombre soberbio.

Todos asistieron esa noche a presenciar lo que inicialmente se planteó como un recital. Yo tenía cita con una estudiante a la cual le gustaba el placer de una canción y la estremecían las buenas tonadas. Como es mi costumbre, llegué retardado y un poco nervioso. Pensé que era un encuentro inusual al que no debía asistir. Sin embargo, después de meditarlo sentando en una de las bancas del parque Bolívar, y tomando el último tinto de la noche, me convencí y bajé por toda la carrera tercera hasta estar frente a ella. Llevaba una extraña ropa y su cuerpo expelía un perfume que provocaba deseos de un abrazo para contagiarse. Recordé las tácticas y las estrategias del maestro Benedetti, pero opté por mis propias tácticas y por eso resulté caminando hilado por su blusa. Convencida de que teníamos que subir para llegar al Conservatorio, me invitó a caminar despacio, dándose cuenta de todo cuanto había alrededor.
De repente nos encontrábamos sentados en un muro adyacente a la pileta del parque Bolívar. El busto del mártir, muy bien cuidado, parecía que tuviese ganas de hablar. Pero más ganas tenía ella de entrar a su desdoblamiento y yo, a mi secuestro. Empalagado por la angustia, la miraba de reojo. Hablamos de música, de todo cuanto ritmo nos hiciera perecidos, homólogos, extrañamente iguales.
Llegó el momento de ingresar al conservatorio que estaba a dos cuadras de allí.
Dos cuadras eternas.
Más largas que todas las cuadras.
Por fin sentados.
Desanimados por la codicia de tener uno de los puestos más cercanos al maestro de la guitarra y tener que verlo desde atrás.
Desde los puestos donde por suerte es más fácil dormir sin que la gente lo advierta. Después de todo nadie mira hacia atrás, porque el artista no es uno (milagrosamente). El ambiente era agradable. Toda la sala besada por el perfume inicial de la mujer que me acompañaba. Como el olor que expelen las manzanas cuando las toca la mano de la primavera. Algunos residuos de cigarrillo abotonando las camisas de los jóvenes que sin darse cuenta iban envenenándose y cometiendo el crimen de dañar a los otros. De repente la voz anunciadora se tendió sobre el público. Nos inundó de nervios (que aún tienen cicatrices). Dijo que el maestro provenía de Chile, que había estado en varios países europeos, que hacía parte de importantes grupos de música en su país, pero omitió un detalle. Nunca dijo que íbamos a verlo seduciendo a una mujer la cual se dormía hipnotizada en sus brazos y piernas.
Tampoco nos advirtió que la desnudaría frente al auditorio.
Al fin estaba delante de todos.
La gente (y yo sin comprenderlo) nos levantamos.
Parecía como si levitaran de la emoción.
Por las manos les corrían grillos y zumbaban con la excitación de la abeja reina.
No dijo palabra.
Pero debió decirlo todo.
Se acercó a ella.
La tomó por sus partes nobles. La apretó.
Era suya.
La miraba y la volvía a mirar.
Ella a cambio le guardaba respeto y un profundo silencio, que pronto iba a romper cuando inició su quejido mortal. Sabía que sería su muerte. Que cuando él pasara sus dedos largos y menudos por su vientre musical el acto estaría consumado. Ambos no tendrían vida.La temperatura de Orlandini, empezó a trepar a su rostro, que fue congelándose y volviéndose pálido como si una vela le hiciera los colores, pero con llama de un atardecer donde el sol tiene más rabia porque sabe que morirá. Los dedos caminaban por los lacios cabellos de la mujer entre las piernas. Ella estaba quieta. Sólo sonreía. Sentía dolor, pero el placer la torturaba. Él no parecía sentir dolor. Al contrario, estaba muy emocionado. La acariciaba una y otra vez. Desde la silla y con la mano apoyaba en mi mentón empecé a sentir celos de aquel hombre al cual las reglas no lo disminuían pero sí lo hacían grande. Cuántos deseos de realizar su acto con alguna mujer de paso en un bus urbano. ¿Si él lo hacía delante de nosotros, por qué no hacerlo detrás de una cascada donde los gritos se confundan con el sonido del agua al caer? Él tenía poder. La seguía acariciando. Esta vez ella gritaba, pero no aturdía. Le salían tonadas desde el vientre. Terminó....
Los suspiros acumulados de las personas salieron de la cueva de la timidez y del respeto. Eran libres las manos, parecían olas chocando unas con otras, produciendo lo que para él era un gesto de agradecimiento. Pero no la soltaba. La tuvo siempre consigo. Hizo la venia y retornó al asiento. Volvió a ignorarnos. Volvió a sus labios. Volvió a su pubis hecho de música. Hablaban bajito. Él le mostraba una sonrisa seductora que ella entendía perfectamente.Su cabeza era una nube desprendiéndose en el viento de una furiosa excitación que terminó con seis orgasmos. Y ella sonreía (lo juro) sonreía con la voz. Decía palabras alegres que cabalgaban en el salón y volvían a ellos. Era su secreto compartido con nosotros. Era su acto de amor. Amor del que nosotros fuimos cómplices. Amor que celebramos con aplausos.Nunca hubo moralismos, por fortuna no estaban esos viejos anacrónicos que se jactan de valores y de éticas comerciales y vanas. Allí todos comprendimos que era sacro. Que sus besos y la tortura a la que él sometió a su pobre guitarra, húmeda y vencida, no era para denunciar ni para hacer reclamo alguno.
La mató.
Se mató.
Nos matamos.

martes, 8 de julio de 2008

Escribir poesía

POEMA BREVE


A Jenniffer Carvajal Campos

El amor tiene 17 años
Nacen tus besos como la luz de enero
son pestañas que se humedecen en mi boca
o simplemente partes de un barco enamorado.

Esa hora de vértigo en que trepo a tus labios
tiene color de llama.

Erizado y sonámbulo busco tus besos
como si se extraviaran en el mar de tu rostro.

Hago versos entorno de tus mejillas tempranas,
y tacho, enmaraño, corrijo las palabras
que a veces suenan simples, o simplemente
un beso y sobran palabras.






jueves, 3 de julio de 2008

"Jaque" a las Farc. "Mate" a quién

Como todo colombiano, la liberación de estos 15 ciudadanos me produce alegría. Pero ésta no corresponde a un estado de idolatría por un ejército que está en deuda de recuperar la confianza perdida en muchos eventos que han enlutado al país y de los cuales no ha salido victorioso como ayer. No tiene que ver con el hilo de acero que intenta construir el discurso “guerrerista” y lírico del Ministro de Defensa nacional. Ya todos sabemos qué dice un militar en situaciones como esta. Siento más bien un tejido de sensaciones humanas.

De otro lado, me preocupa la reacción que puedan tener las FARC, pues el nombre del a operación es en cierto modo, premonitorio. En ajedrez, se usa la expresión “Jaque” cuando el rey adversario está en una posición en la que puede ser capturado. En este caso neutralizado. Aunque liberados, la guerrilla sigue en el juego y ahora más que nunca afinará sus movimientos, pues en dicha operación no se concretó el “checkmate” o en la versión persa “Shab Mat”: MUERTE AL REY. Esta muerte no es precisamente física sino simbólica: derrota o rendición de las Farc. JAQUE MATE.

La historia ajedrez se remonta al juego de guerra hindú llamado “Chantaranga”. Hacia el siglo X fue llevado por los árabes desde Persia a Europa. Ahora, una de sus más conocidas expresiones es puesta en el rótulo de una acción militar muy audaz que terminó con la liberación de 15 cautivos y de la cual debo resaltar la honradez con que lo militares perdonaron la vida de los milicianos, porque de nada hubiese servido la liberación, si en la selva estuvieran repartidos los cuerpos de más de 60 guerrilleros como estiércol, producto de un bombardeo, fórmula clásica de actividades hostiles.

Hoy celebramos la liberación de 15 rehenes, pero el rey todavía no cae en la trampa. Cuando esto no ocurre el juego se pone frente a tres tendencias: 1). El adversario mueve sus fichas y destruye a su agresor. Como ven, ambos reyes están vivos, y no se sabe a ciencia cierta quién de los dos dirá al final “jaque mate” y pondrá fin a este ajedrez de infamia. Hablo de dos fuerzas disímiles. Un gobierno encaprichado con la perpetuación de la Seguridad Democrática y una guerrilla en la lista de las organizaciones más crueles del mundo, compartiendo escaño con Hamas, Jihad Islámica Palestina, los Tigres Tamiles y ETA. Yo diría que el gobierno puso a la guerrilla en JAQUE, pero temo que los demás secuestrados sean destinados a un “jaque mate” irremediable por las Farc; 2). El adversario, cuando se encuentra en desventaja y teme ser jaqueado, opta por retirarse. No creo que las Farc o el gobierno se retiren porque tal vez quienes están en el cuadro de la muerte no sean ellos sino sus estructuras, aún superiores a los jefes y, 3). Cuando un jugador no mueve una ficha a tiempo, pierde. Acá es importante que los organismos internacionales, el gobierno y las mismas Farc, sean ligeros y audaces para el próximo movimiento, pues de lo contrario, esta partida tendrá un desenlace fatal y poco nos dure esta humana alegría.