La poesía me ha permitido vivir con dignidad

domingo, 28 de marzo de 2010

Escribir política

Pavlov y la disciplina para perros
Hay que decirlo
Que Carlos Rodado le bata la cola al partido de la U es grave. Pero que Arias no invite públicamente y con cariño a sus electores a votar por Noemí, es vergonzoso.

En virtud de los recientes escándalos que enfrenta el partido Conservador por cuenta de la disciplina, que no va dirigida a simpatizantes sino a militantes, expreso mi posición. La disciplina sugiere acatar con responsabilidad las reglas. Y éstas existen en todo contexto donde haya grupos organizados. Hasta en las Farc existen reglas: niño que se deje ver de la policía mientras lleva paquete bomba debe inmolarse para salvaguardar la dignidad del terrorismo.

Empiezo aclarando los conceptos de disciplina y adiestramiento. Según la Real Academia de la Lengua Española, la disciplina es una doctrina, instrucción de una persona, especialmente en lo moral. Lo segundo en cambio, es relativo a adiestrar y esto es domar un animal. En tal sentido, es incongruente fabricar la expresión “disciplina para perros” con base en la Resolución del Partido Conservador No.009. El autor de la frase fue el ex embajador y ex gobernador de Atlántico, Carlos Rodado Noriega, que a pesar de ser una cara ilustre del conservatismo hoy funge como jefe de debate de Juan Manuel Santos.

¿Pero qué dice el texto que ha causado tanto alboroto? Que se “demanda de la militancia apoyar disciplinadamente la candidata del partido a la Presidencia de la República, doctora Noemí Sanín Posada, para las elecciones presidenciales del año 2010”. Esto obviamente tiene un origen. Primero: Andrés Felipe Arias no es claro en sus mensajes a los electores para que apoyen a Noemí. Y puede que tenga razón. Ella en varias ocasiones lo trató de ladrón; y segundo: conservadores de mucha importancia como Miguel Gómez y Fabio Echeverri ahora reman hacia la isla de la U.

En consecuencia creo que Rodado está equivocado, pues la disciplina que demanda la Resolución es coherente con los Estatutos y no coarta sus derechos fundamentales. De ellos se deriva –según reza el polémico texto- la obligación y el compromiso de acatar los Estatutos y en especial, las prohibiciones y sanciones relativas a la doble militancia, el transfuguismo y otras conductas atentatorias contra la existencia y la dignidad del Conservatismo. A ello se suma que de acuerdo con el Artículo 12 de los reglamentos “ningún militante puede pertenecer simultáneamente a otro movimiento o partido político (…) o apoyar o adelantar actividades de campaña electoral por candidatos de otro movimiento o partido (…) en certámenes electorales o en corporaciones públicas, a menos que medie autorización expresa del órgano competente del Partido”.

Pero ya que los distinguidos “conservadores santistas” trasladan la discusión a un campo de adiestramiento canino es precioso invocar la figura de Pavlov para aclarar la confusión. En un experimento realizado con un perro, el médico Ruso dio cuenta de que éste salivaba ante los estímulos. La actividad consistió en hacer sonar una campana antes de alimentarlo. La conclusión es que el canino salivaba con solo oír el campanazo así no hubiese comida servida. A ello se le llamó Ley de reflejo condicionado. Puede que a Rodado le hayan hecho sonar otra campana, lo cual me deja sin argumentos y muchas dudas. Pero lo entiendo. En su lógica canina –o sea de reflejos y condicionamientos- dice “yo soy y seré siempre un conservador de principios, no de conveniencias”, pero a renglón seguido manifiesta que “no he ingresado al Partido de la U, sino a la campaña multipartidista de Juan Manuel Santos". ¿Campaña multipartidista? ¿Ha habido una coalición legalmente establecida para que hable en esos términos?

Rodado da un mal ejemplo. Y aún con grandeza, el Presidente de los azules lo invita a que regrese, pero hasta el momento no ha salivado. Eso quiere decir que sigue esperando la comida en manos de otro amo. Pero que Rodado le bata la cola al partido de la U no es tan grave como que Arias no invite públicamente y con cariño a sus electores a votar por Noemí. Es vergonzoso teniendo en cuenta que los cinco candidatos de la Consulta firmaron una declaración juramentada en la que se comprometieron a respetar los resultados de ésta, “así como a no apoyar a candidatos de otros partidos (…) para las elecciones presidenciales del año 2010”.

Entre tanto, se soluciona el dilema de militantes disciplinados y perros adiestrados, yo invito a los tolimenses y colombianos que creen en las tesis conservadoras, en la seguridad, en el orden, en la generación de empleo y oportunidades de emprendimiento, entre otros propósitos de este partido encabezados ahora por Noemí Sanín, a que marquen la C en las próximas elecciones.

Los socios de la seguridad democrática ahora quieren ser los dueños de una empresa en la que también cabe la educación, la salud, el pequeño agricultor, la ama de casa, el empresario, el joven, la mujer… y por qué no, los perros.